No siempre hablando se entiende la gente

Julio Cortázar escribía: "La coma, esa puerta giratoria del pensamiento"
Lea y analice la siguiente frase:
"Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda".

Una mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra mujer.
Un hombre, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra tiene.

Los humanos somos los únicos seres del reino animal que poseemos cuerdas vocales. En el transcurso de la evolución animal la garganta de los humanos evolucionó de distinta forma, incluso a la de sus parientes los monos.

Claro, que la formación de las cuerdas vocales ha provocado que el sistema respiratorio se comunique con el digestivo. Eso sólo ocurre en los humanos.

Todas las especies animales se comunican entre ellos y conocen las reglas de conducta de su propia especie, sin equivocaciones. Su comunicación es perfecta. Incluídos los primeros homínidos.

En cambio, nosotros, a pesar de que poseemos esa maravillosa herramienta que es el lenguaje (palabras, letras, ....) no conseguimos entendernos, a veces surgen problemas de comunicación, malentendidos, etc...

No es la primera vez que tenemos un conflicto porque alguien interpretó mal lo que nosotros queríamos decir o somos notrotros los que no hallamos las palabras adecuadas para expresar una idea.

Hace unos días yo hablaba con una persona sobre una enfermedad de la columna vertebral. En el transcurso de la conversación yo hice referencia a "coger peso y no coger peso" (no voy a entrar en detalles). El caso es, que al cabo de unos diez minutos, me di cuenta de que mi interlocutora había interpretado el "coger peso" con engordar y yo me refería a no levantar objetos pesados.

El vocabulario español es muy rico, y las palabras polisémicas a veces nos dan problemas.
También ocurre, con el uso de la coma, tal como comenzaba esta entrada.

Si yo digo oralmente: "El policía mató al ladrón con la pistola". Puede interpretarse de dos maneras diferentes:

1ª.- Un policía llevaba una pistola y con ella mató al ladrón.

2ª.- Un policía mató al ladrón que llevaba una pistola.

¿Se dan cuenta? No siempre hablando se entiende la gente. Es cuestión de mucho diálogo y atención.
Mª José Corral Benítez

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5 comentarios:

Anónimo dijo...

La realidad cotidiana, el día a día, nos debería hacer reflexionar que hay personas que, por sus circustancias personales, han sído capaces de acceder a unos parámetros culturales que no están al alcance del resto de personas de su entorno, lo que les hace estar un peldaño social, cultural y económico por encima de los que les rodean.
Esto les debería hacer uso, por sus conocimientos, de un lenguaje acorde a sus contertulios.
Por una vez, y espero que no sirva de precedente, no estoy de acuerdo con el enfoque de este artículo: me da la sensación de que se está exponiendo una situación habitual en la que un contertulio no es capaz de "asimilar" (por sus antecedentes socio-culturales) todos los conceptos de la conversación y "el culto" no hace nada por ponerse a su altura, al contrario: necesita utilizar términos acordes con su condición social (nobleza obliga)para seguir manteniendo su "status" ante el otro contertulio.
Para que la gente se entienda hablando es de eperar de los profesionales de la educación que sean conscientes, y lo transmitan; de que, para que no tengan problemas de comunicación han de transmitir, además de conocimientos objetivos, sentimientos y sensaciones que motiven a sus alumnos a alcanzar, como mínimo, los mismos grados de conocimiento que sus mentores.
De todas maneras, ¡sigue así, no cambies!

Carlos Alberto dijo...

El texto de esta entrada me ha hecho pensar en los perros y en los gatos.

Cuando un perro desea hacer una propuesta de amistad y juego, levanta una de sus patas hacia adelante y mueve al mismo tiempo el rabo amistosamente.

Significa algo así: «¡Por favor, juega conmigo!»

Pero estos mismos ademanes, el ofrecer la pata delantera y mover el rabo de un lado a otro, en el lenguaje de los gatos significa todo lo contrario: «¡Lárgate o te araño!»

Ésta es una de las razones por las que perros y gatos no se entienden y se enojan unos con otros.

Esto lo leí en «Hay que aullar con los lobos», de Vitus Dröscher. Vitus (un etólogo alemán) es uno de mis autores favoritos.

Saludos.

Mª Antonia dijo...

Querida Mª José:
Estoy de acuerdo con lo que dices en este post. No siempre hablando nos entendemos, independientemente del nivel cultural de los interlocutores. Creo que por una parte la causa está en la rica ambigüedad de nuestro idioma, y por otra, la distintas maneras de ser y pensar de las personas y más, si no se conocen bien o se conocen poco. La cercanía, el afecto, la capacidad de observación del comportamiento ajeno, el interés, la atención, etc., creo que son factores que influyen bastante a la hora de entendernos con los demás. No es lo mismo hablar con alguien a quien apenas conocemos que con seres queridos (amigos, padres, hermanos, pareja...) con los que tenemos afinidades concretas y conocidas mútuamente... aunque no siempre el factor cercanía garantiza el entendimiento. Pienso que influye más en la buena comunicación, la forma de ser de las personas.

Interesante reflexión que da mucho de sí.
Gracias .

Besos.

María José dijo...

Anónimo:
Uno puede estar de acuerdo o no con otro, pero creo que no has entendido el enfoque de esta entrada. Para nada.

No se habla para nada de los niveles culturales, ni sociales de los contertulios.

Una anécdota familar verídica sirve de ejemplo:

Mi hija: ¿Este chorizo está bueno?
Yo: A mí sí me gusta. ¿Es que nunca has comido de él cada vez que lo compro? (más o menos, no recuerdo las palabras exactas)
Mi hija: ¡¡ Claro que he comido chorizo de éste !! digo que si lleva mucho tiempo empezado.
Yo: ¡¡ Ahhhh !! Tú re refieres que si está en buen estado. Pues sí, lo acabo de empezar.
Mi hija: Eso, vale. Pues voy a hacerme un bocadillo.

La riqueza de la lengua espñola, las polisemias, porque damos por hecho que la otra persona entiende o debe entender, a veces somos nosotros los que no nos explicamos bien o no intentamos entender.

Muchas veces se habla a medias. Oraciones incompletas (sin verbos) y creemos que los demás tienen que entender.

Podría poner bastantes ejemplos.

La comunicación con entendimiento no es fácil. Por eso ocurren malentendidos que nos crean problemas, no olvidemos el tono con el que se habla que también es importante.

Un saludo.

María José dijo...

Carlos Alberto:

Uno de los elementos en la comunicación es que el emisor y el receptor usen y conozcan el mismo código.

Saludos.

Hola Mª Antonia:

Has captado bien el significado de esta reflexión. A veces con los más cercanos se nos presentan más malentendidos, tal vez porque damos por hecho que la otra persona entiende y no aclaramos bien los asuntos.

Con un extraño o extraña nos esforzamos más por hacernos entender.

¿Sabes del chiste del Tú y el Usted? ja ja ja, es un buen ejemplo de la riqueza de vocabulario español que nos puede traer malentendidos.

Besos y hasta pronto.

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