El Cielo y la Estrella.

Fotografía tomada por Mª José Corral Benítez


El cielo se encontraba triste. En su infinita inmensidad no hallaba compañía. Observaba como desde un escaparate el movimiento de los demás astros. Cada uno en su propia órbita, ajenos al resto, ajenos al mismo cielo.

Unos viajaban solos, otros acompañados. Algunos incluso con numerosos satélites. Unos grandes, otros pequeños. Unos muy cálidos, otros muy fríos. Algunos sólidos, otros etéreos.

Veía los asteroides, meteoritos, y otros astros que andaban sin rumbo fijo. Veía las estrellas, con su brillo y esplendor, rojas, naranjas y amarillas según su edad. Estrellas arrogantes y egocéntricas, estrellas discretas o tímidas, estrellas generosas, algunas con su propio sistema planetario formando una familia o grupo cerrado al que no es posible acceder.

El cielo solitario era desdichado. Era un mero espectador del universo. No participaba de la dinámica de aquel mundo que circulaba en derredor.

Un inesperado día, se le acercó una estrella, una estrella amable, comprensiva, conciliadora, y le ofreció su amistad. El cielo confió en ella, le abrió su corazón y la estrella le entregó el suyo. La estrella se enamoró del cielo y el cielo halló en la estrella el amor puro.

Cada mañana, el cielo encontraba el mensaje de buenos días y el beso que le dejaba la estrella antes de eclipsarse. Desde que apareció esa estrella, el cielo era dichoso. No pasaba un solo día sin comunicación entre ellos. Eran dos en uno. Se comprendían, se entendían, podían hablar de cualquier cosa, podían discrepar sin discutir, había respeto y amor.

Pero un día, de repente, la estrella comenzó a oscurecerse, se iba apagando. El cielo volvió a sentirse triste, ¿porqué ? ¡Era injusto, cuando había encontrado el amor puro, éste iba desapareciendo! Tenía derecho a ser feliz. Pero al parecer nunca lo sería.

El cielo lloró amargamente durante días y días, incansablemente lloraba sin cesar. Y volvió a sentirse solo y desdichado. Los días pasaban en su infinita soledad.

Hasta que se fue dando cuenta de que ya no se sentía triste ... ¡¡qué extraño!! ¿Porqué no soy infeliz? Sentía paz. Era sorprendente.

De repente lo entendió todo, y allí se encontraba, ¡¡ claro !! Cada noche era la primera en aparecer y cada mañana era la última en ocultarse. ¡¡ Era su estrella !! Allí hacia el oeste , allí estaba Venus, la antigua diosa, brillando para él.
María José Corral Benítez

23 comentarios:

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Me encanta todas esas alegorías de dan sentimientos humanos a todo lo que la naturaleza nos regala, estrellas tímidas, que odian que aman, que sublime sentimiento. La soledad es un compañero eterno a lo largo de la inmensidad del universo.

Me encanto esa relación de amor, que se fuera apagando la luz de la estrella y el reencuentro de día y de noche con su amor estrellado.
Saludos

Steki dijo...

Qué lindo relato metafórico, me encantó.
Abrazo enorme para ti.
BACI, STEKI.

María José dijo...

Roy:
Es un relato lleno de símbolos.
La soledad es un sentimiento triste. Se puede estar rodeado de una multitud y uno sentirse solo.
La luz de alguien, aunque sea en la distancia, el saber que nos alumbra, que está ahí, que podemos contar con ese alguien nos hace sentirnos felices.

Un saludo y gracias por dejarme tu opinión.

Steki:
Me hace feliz que mi relato te haya encantado. Pues "encantar" es un sentimiento más fuerte que "gustar".
Más aún cuando se trata de metáforas o, en este caso, de símbolos;ya que resulta más difícil entender.

Un saludo y gracias por tus palabras.

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Entre esos amores intergalácticos de escritora de pro, se puede leer entre líneas y descubrir a esa maestra que no puede ocultar su verdadera vocación. Quizás tus alumnos y alumnas sean pequeños para leer este cuento pero ahí tienen información científica para descubrir qué tenemos allá en lo alto. Que te leo, que te leo.

Mª Jesus dijo...

Hola Mª Jose:
Tengo que decirte que este relato es maravilloso. Me has dejado sin palabras.
Un beso.

María José dijo...

MªJesús:
Me alegro de que te haya gustado.
Gracias por pasar por aquí.

Un saludo.

María José dijo...

Grego:
Hemos visto un poco de esto en 3º. Se nota, claro que sí, la vocación.
A lo mejor el próximo relato va sobre los cefalópodos, un decir.

Un saludo.

Mª Jesus dijo...

Menudo reto escribir algo así de los cefalópodos. Animo que seguro que lo logras,todo es proponérselo!! Besos.

María José dijo...

Mª Jesús:
Ya he dicho que es un decir, podría escribir sobre los hongos, o los miriápodos, o los mamíferos vertebrados, ja ja ja.
Después de esta fantasía se puede escribir sobre cualquier cosa. Ya verás como sí. Me he lanzado de cabeza.

Un saludo.

manu dijo...

antes que nada, me gustó la foto.

el texto es encantador, fácil de imaginar y fluido. eso (por lo menos para mí) genera placer. me gusto la idea del cielo, de su soledad, de observar al resto y sentirse tan solo.

perdón por no pasar antes. ando a full.

besosss

Mª Jesus dijo...

Eso es tener madera de escritora. Si yo sabía que eres toda una maestra!! Chao.

María José dijo...

Manu:
Esa fotografía se hizo desde un avión al atardecer.
Me gustan los textos sencillos,amenos y fáciles de leer. Siempre captas el sentido de mis textos.

Un saludo.

Posdata: I'm also very busy.

Mª Jesús:
¡¡ Hola de nuevo !!
Aquí voy a sacar a la escritora que llevo dentro. Ja ja ja
Y si no la llevo, la invento.

Un saludo.

Anónimo dijo...

María José, solicito permiso para enlazar tu blog con el nuestro.
Un abrazo grande y ancho.

María José dijo...

Rafael:
Es un honor para mí tener un enlace en el blog Literatura en Priego y lo agradezco enormemente.

Saludos.

Mª Antonia dijo...

Querida Mª José:
Me ha gustado tanto que se lo leeré a mis hijas a modo de cuento.

Un abrazo.

María José dijo...

Mª Antonia:
Me has dejado sin palabras. Muchas gracias.

Me gusta decirte "genia", ja ja, admiro tus cualidades para la poesía. Espero que yo llegue a lograr algún día ser, con la prosa, tan buena como tú en la poesía.

Un saludo.

Antonio Aguilera dijo...

Bueno bueno........
Y ahora què te digo..... si me he quedado mudo.
Esto es lo que se dice amar a la humanidad a travez del firmamento.
Por què no me dijiste antes de tu sorprendente forma de interpretar el mundo por medio de la literatura.

Quizà la culpa fue mìa, que siempre cno las prisas no me parè a verte este blog. Siempre entraba en el de Bacares o en el de los viajes; pero ahora ya sè donde encontrar a la verdadera Marìa Josè, donde nos hace streeptease espiritual jajaja; no sè si escribì bien esa larga palabra anglosajona.

Como dice M. Antonia màs arriba, digno de leer a los niños. Lo intentarè, ya te dirè si lo consigo.
La hija menor de ella està en la misma que mi chico. Se lo puedes decir a tu amiga la de mùsica jajajaja, que nos los vaya aprobando sobre la marcha..

Adios " pedazo de maestra".

Antonio Aguilera dijo...

jajaja,
Què mala jugada me has hecho pasar.
Es que tienes moderaciòn de comentarios.
En serio que pasè un mal rato.

Brrrr¡¡¡

Quita la moderaciòn.

Saludos, ya màs tranquilo

María José dijo...

Antonio:
La verdadera Mª José está en los tres blogs. Soy yo en cada una de mis facetas. La realista y la surrealista. La objetiva y la subjetiva. La pública y la privada. Siempre soy yo.

Siento mucho que la moderación de comentarios resulte tan incómoda, pero por ahora seguirá así.

Un saludo, y dile a Mª Antonia que si se encuentra con la maestra de música que le hable sobre mi.

ESPOLON UNIVERSAL dijo...

Hola muchacha, còmo se encuentra?.

Pasamos por aquì para saludarla y echarle un vistasillo a sus territorios.

La felicitamos por su arduo esfuerzo, coordinando el blog de Bacares y los suyos propios.

Excelentes fotos. Sublimes textos.

Esperamos contar con su amistad.
Antonio, ya nos hablò de Usted;
nos dijo que era buena chica.......pero no nos dijo que tenìa un aspecto muy saludable.

Encantados de conocerla.


La pandilla

María José dijo...

Espolón Universal:
Bienvenidos a este Laberinto y gracias por sus halagos personales.

Mi aspecto es saludable porque no fumo y cuido mi salud. Ja ja ja.

Les deseo mucha suerte con ese proyecto.

Un saludo.

Carlos Alberto dijo...

María José:

Bellas metáforas sobre el drama de la soledad existencial.

Hacia el final de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, un cuento de Jorge Luis Borges que forma parte de Ficciones (su obra maestra), leemos esto:

Las cosas se duplican en Tlön; propenden asimismo a borrarse y a perder los detalles cuando los olvida la gente. Es clásico el ejemplo de un umbral que perduró mientras lo visitaba un mendigo y que se perdió de vista a su muerte. A veces unos pájaros, un caballo, han salvado las ruinas de un anfiteatro.

Saludos.

María José dijo...

Carlos Alberto:
Me alegra que mis metáforas te parezcan bellas. Y que la forma no deje a un lado al contenido.

Un saludo.

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