Mi Propio Laberinto

Antonio Llanas (Detalle de "Laberinto con Alas")

Este es Mi Propio Laberinto. ¿Tendrá salida? Supongo que sí, como todos los laberintos, pero inaccesible.

Llevo mucho tiempo aquí, tanto, que me he acostumbrado a sus estrechos y siniestros senderos. Puedo permanecer en él sin miedo porque he conseguido domesticar al Minotauro. No me hará ningún daño físico, ¡¡ lo conseguí !! Parecía imposible, pero lo he conseguido. Mi trabajo me ha costado, es un monstruo terrible. Come carne humana. La que más le gusta es la carne de los atenienses. Su dieta consiste en doncellas y robustos jóvenes procedentes de la ciudad de Atenas.

Mientras busco la manera de salir, recorro sus enrevesados recodos. Aprendo y me instruyo, he de hacerlo ya que cuando salga al exterior he de enfrentarme al mundo.

Me han dicho que pronto volverán las siguientes siete doncellas y los siete robustos jóvenes atenienses, lo mejor de todo es que les acompaña Teseo. Se ha ofrecido voluntario para matar al Minotauro. Tengo esperanzas en Teseo. Me han contado que está prisionero con los demás pero que ha hecho una buena amistad. Sí, tengo esperanzas, confío en él. Es hijo del rey Egeo, es un príncipe valiente e inteligente. Ha hecho buena amistad con Ariadna, la hija de nuestro carcelero, el rey Minos. ¿Soy muy confiada? Es posible, quizás Teseo no me salve, quizás ... hay que tener en cuenta que Ariadna es la hija del carcelero. El amor lo puede todo. Me han contado que se ha enamorado de Teseo y que lo ayudará a salir.

El laberinto es muy grande, ¿y si no los encuentro? entonces no me llevarán a la salida y tendré que permanecer en él, solo Dios sabe por cuanto tiempo. Sé que hay un cordón, pero está atado, lo seguí y estaba amarrado, no encuentro el otro extremo. Esto es muy grande, estoy perdida. Ojalá Teseo me ayude a encontrar la salida.

Mi Propio Laberinto también tiene unas alas. Las ha construido Dédalo, un sabio arquitecto y muy hábil artesano. El día que las vi me emocioné, ¡¡¡ por fin !!! unas alas !!! Podré salir volando, escapar de este laberinto. Qué ilusa fui. ¡¡¡ No se puede aún !!! Están amarradas, un hilo sellado con lacre las fijan al laberinto.

Esperaré a Teseo, sí lo esperaré. Yo no me fío de volar sola, he observado bien las alas, las partes pequeñas están unidas con cera. No sé, no sé. Por mis ansias de libertad puedo volar demasiado cerca del Sol, éste puede derretir la cera, puedo caer al mar y ahogarme como Ícaro.

Esperaré a Teseo. Definitivamente lo he decidido, esperaré a ver como se suceden los acontecimientos, aquí ya no tengo peligro.

María José Corral Benítez

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