La viuda

Imagen: Río Rhin (Alemania)
Propiedad de Mi Propio Laberinto

"Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir" (Jorge Manrique)

Era una esposa feliz y, después de más de veinte años de matrimonio, continuaba enamorada de su marido como desde el primer día.

La guadaña sesgó su vida sin aviso previo en un momento de diversión y felicidad, en un momento de planes y proyectos de futuro, en un momento de prosperidad.

No lo merecía, no. Eso no era justo. Pero lo asumió con valentía y con inteligencia.

En minutos, su amado marido se fue a otro mundo. ¿A qué mundo? ¿Hay otro mundo? Las dudas comenzaron a plantearse en su cabeza. ¿Porqué a mi? ¡¡ Yo no lo merezco, él no lo merecía !! La muerte elige al azar, no tiene en cuenta criterios ni situaciones, es caprichosa y egoísta.

La viuda no entendía porqué ya no estaba su amado esposo, su compañero, su confidente, quien la comprendía y apoyaba en cada una de sus decisiones.

Los días pasaban y ella, haciéndose a la idea de que ya no volvería jamás, intentaba asimilar su insoportable situación. ¡¡¡ No podía soportar su ausencia !!!

¿Dónde estás? ¿Hay cielo? ¿Existe un paraíso y no debo preocuparme? Temores, dudas religiosas venían a su mente. O tal vez, ¡¡ no hay nada !! ¿Y si no hay nada tras la muerte? ¿y si con la muerte acaba todo?

Ella estaba enloqueciendo de desdicha y de dudas. ¡¡¡ Le echaba tanto de menos !!!

Decidió ser fuerte, asimilar su situación de viuda, de mujer sola, había que salir adelante con la educación de los hijos, con los pagos pendientes, había que viajar a otros sitios, ir a lugares a dónde siempre iba acompañada por su marido. Y ahora habría que ir sola.

De repente, un día, sintió algo extraño. Su marido, desde donde estuviera, le estaba ayudando. Le hablaba como en el pensamiento. ¡¡ Era algo muy raro !!

En un viaje que tuvo que realizar a una ciudad a dónde ella nunca había conducido ya que siempre lo hacía él, notó que él le guiaba por las calles del centro de la ciudad y, como si por intuición, ella adivinaba el recorrido, pero no, no era la intuición, era él. Él no la abandonó. Él estaba protegiendo a su familia.

En cada situación de duda, algún problema por resolver, él le comunica en el pensamiento el mejor consejo, la mejor solución. Tal como si estuviera vivo. Pero ya no está visible. Ya no puede verle, ni besarle ni sentirle. Pero sabe que ha vuelto. O quizás siempre estuvo allí y continúa alimentando su amor por él. Ella aún está enamorada de su marido incluso después de años de muerto.


ENLACES:
- Elegía: El duro golpe de la muerte

María José Corral Benítez

11 comentarios:

Palas dijo...

wow... no creo que sea facil de la noche a la mañana quedarse sin la persona que amas... sin el padre de tus hijos, sin tu esposo, sin tu amante, sin tu amigo... pero que bello poder superar esa soledad y luego sentir que el a lo lejos te acompaña y que ese amor no ha muerto.

Un beso!

Anónimo dijo...

Creo que esta mujer estaba acostumbrada a que fueran fuerte por ella. Al morir su marido se sumió en una gran tristeza por tan gran pérdida.

Dentro de su corazón averiguó que él nunca moriría ,pero a la vez encontró esa fortaleza que no sabía que tenía...

Un abrazo amiga.

manu dijo...

quizá...algunos lazos...aquellos que son fuertes, puedan vencer aquellos límites lógicos.

tal vez, aquella unión fue tan sólida que ni la muerte misma pueda separar.

es cuestión de creer...allí...radica el secreto.



un beso

Bertix dijo...

Me estremecí.

Yo sí creo en otros mundos.

Saludos!

Anónimo dijo...

La muerte no es el fin, es el principio de una nueva vida.
María José:

Nadie nos pidió permiso para nacer, así que tampoco podremos permitirnos (por desgracia) la inmortalidad de la vida.

Esa mujer, al enviudar quedó desierta de apoyos y sentimientos compartidos. No obstante, su mente no podía borrar esos 20 años de vida, amor, momentos y reflexiones conjuntas. Ese legado quedó ahí, en su interior.

La muerte es un hecho físico, y por ello siempre nos preguntamos hacia dónde se dirige nuestra parte metafísica, nuestra alma, nuestro espíritu, nuestra conciencia.

La parte biológica vuelve a la naturaleza, y de la cual procedemos: agua, minerales, calcio -principalmente-.

Pero ¿ dónde queda todo aquello que es intangible ?

En este caso, él quedó parcialmente unido hacia el alma que ella le contemplaba.
¡ Dos almas en una sóla alma ?

Salud y saludos. Toni Sagrel.

María José dijo...

Palas:
Sí, es muy duro y muy difícil superar esa ausencia. Más cuando se continúa enamorada de él.

El Pinar:
Esta mujer era fuerte. Él la mimaba y tenía en cuenta todas sus decisiones. La tenía en un pedestal.

Manu:
Esa unión era muy sólida. Y el pasó continuó tras la muerte. Ya han pasado varios años de la muerte del marido y el amor sigue igual.

Bahhía:
Se puede creer o no creer con fe pero las dudas suelen surgir en momentos cruciales.

Toni:
Qué bonita tu reflexión. El cuerpo y el espíritu, dos entes diferentes. Otras culturas, sobre todo las orientales conocen muy bien las dos dimensiones.
Los ateos creen que no hay nada tras la muerte, que es el fin definitivo.

Un saludo a tod@s y gracias.

Anabel dijo...

hola!
primero de todo, me ha encantado la historia, a veces la muerte de un ser querdio no es perderlo para siempre, si no otra forma de ''encontrarlo'' o relacionarse con él. Realmente ma ha gustado.

2º: gracias por tu comentario, el mariposario fue horible, que calor pasamos todos allí, y no pudimos entrar en el planetarium porque estaba en obras.
Realmente el parque es un buen sitio al que ir.

saludos desde Málaga!

Courbet dijo...

Hola muchachhhhha:

Què tal estas.
Bello rìo este Rhin, mi padre me llevaba a pescar a èl cuando pequeño. Què tiempos aquellos, pero què frìo hacìa tambièn.
Me comìan los sabañones las orejas, desde ese tiempo uso orejeras de burro; al mismo tiempo mato dos pàjaros de un tiro, ya que el maestro se ahorra ponèrmelas: dice que soy un borriquillo silvestre.

Pobre viuda, trnsmìtele mi màs sincero pèsame.

Y ahora perdòname que tengo que ir a otro velatorio.

saludos, cuìdate

Mª Antonia dijo...

Querida Mª José:
Considero que la muerte de un ser querido (amado) siempre abre una brecha difícil de cicatrizar en la persona que le sobrevive, en proporción a la intensidad del cariño, del amor, que se le profese. La muerte en sí misma, es destructiva y como tal, temida. Es el tiempo, quizá, o las propias circunstancias (hijos, trabajo, etc.), los que "suavizan" el dolor de la pérdida, pero la ausencia sigue ahí. Lo único que "dignifica" a la muerte, por decirlo de algún modo, es la memoria, el recuerdo vivo de la persona que ya no está físicamente con nosotros, pero que seguimos manteniendo viva en nuestra mente, a través del recuerdo.
Ojalá existiera algo después de la muerte... Que se lo pregunten a las madres que han perdido un hijo. Sus vidas nunca volvieron ni volverán a ser las mismas. La falta de ese ser amantísimo, jamás fue ni será reparada.
La muerte es una tragedia, más o menos aceptada, pero una tragedia, desde mi punto de vista, como hija, como madre, como esposa, como hermana...

Muy profundo el tema.
Espero no haberte molestado, Mª José. Me he dejado llevar por mis emociones, siempre a flor de piel.

Besos.

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

El amor rompe fronteras y el luto por el amor que se ha ido a veces hace que se desarrolle esa necesidad de crear un vínculo más allá de nuestra comprensión.

Debes ser algo terrible perder a la persona que mas hemos amado y la palabra viuda es una palabra que lastima el alma.
Saludos

María José dijo...

Anabel:
Me ha alegrado mucho encontrarte por aquí y que te haya gustado mi relato.
Como dices, a algunos sitios hay que volver, ya sabes, Granada te espera.

Courbet:
El Rhin es caudaloso y navegable y el paseo en barco es una delicia porque a los lados no cesan de contemplarse bellos castillos y paisajes.

Mª Antonia:
Desde luego que reponerse de una pérdida es más difícil o menos dependiendo del vínculo afectivo que se tenga y de lo que represente para nosotros.
Como la pérdida de un hijo o hija no debe haber nada. Conozco casos cercanos que están sufriendo mucho por eso. Es antinatura.

Mª Antonia, no me tienes que pedir disculpa alguna.
¡¡ Me encanta que te desmadres en mi blog !!
Ojalá a todos les motivara como a ti y se dejaran llevar por sus reflexiones y sentimientos.

Roy:
Si la separación física de un ser amado, la distancia ya es dura de por sí. Cuando hay certeza de que esa separación no tiene regreso ha de ser horrible.

Un saludo a tod@s y gracias.

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