Amor Verdadero: no lo encuentra el corazón, sino la razón


La Venus del Espejo (Velazquez)


Me pregunto cómo se puede saber cuál es nuestro verdadero amor, el amor de nuestra vida, aquella persona de la que siempre estaremos enamorados aunque haya pasado mucho tiempo, aunque en los avatares de la vida hayan surgido dificultades y problemas. ¡¡¡ Cuán afortunados son aquellos quienes hayan tenido la suerte de encontrarlo !!!

Dicen que no hay edad para el amor, es posible, pero también es posible que el amor sea diferente dependiendo de la madurez que tenemos cuando nos tropezamos con él; tipos o grados de amor, probablemente, incluso calidad en el amor.
Amores de juventud que pronto desaparecen, amores pasajeros, que son sustituidos sin dificultad. " El primer amor nunca se olvida ", es un dicho popular. No se olvida, es cierto, no por ser el primero, sino porque si en realidad se trata de un gran amor, éste suele quedar frustrado por causas ajenas a los propios enamorados. El deseo frustrado queda marcado como si de un trauma se tratara.


El amor es caprichoso, a veces nos juega la mala pasada de hacer que nos fijemos en la persona inadecuada. Cometemos ese error, nos traiciona la razón cegados por el enamoramiento. Se construye una barrera entre el sentimiento y la razón que no nos deja ver el interior del otro, de conocerlo realmente, de analizar la personalidad y decidir friamente si es esa la persona a la que debemos amar, con la que compartir nuestra vida. Es por ello por lo que existen tantos fracasos amorosos así como existen personas que constantemente cambian de pareja .

Por otro lado está el cariño, no es lo mismo el cariño que el amor. Podemos enamorarnos de alguien y al cabo de un tiempo, ese amor se torna en cariño, se deja de amar. Las dificultades que surgen de la propia convivencia, de la educación de los hijos, la rutina, o símplemente que las personas cambian, hacen que la llama del amor se apague. Nosotros mismos cambiamos, la madurez, las experiencias de la vida, provocan cambios en nuestra personalidad.
Es muy difícil conocer realmente a los demás, incluso pueden pasar muchísimos años y quedar sorprendidos al comprobar que no conocíamos al otro tan bien como creíamos. Esto no solo ocurre en el ámbito de la pareja, sino también con el resto de las personas que nos rodean.


Lo primordial es conocerse uno bien a sí mismo, comprenderse, analizar las conductas y entender las causas que nos mueven a tener ciertos comportamientos; de este modo, estaremos abiertos a conocer, comprender y tolerar a los demás.

El amor verdadero no lo encuentra el corazón, sino la razón. Debemos ser sinceros, desinteresados y saber cuales son las cualidades que buscamos en la otra persona, así encontraremos al amor de nuestra vida. Ir a lo profundo, no a lo superfluo.
Mª José Corral Benítez
ÍNDICE:

10 comentarios:

Carlos Alberto dijo...

María José:


«Quizá cometa yo muchas tonterías en la vida -dijo Disraeli- pero no pienso casarme por amor.»

Y así fue. Siguió soltero hasta los 35 años, y entonces se declaró a una viuda rica, quince años mayor que él. ¿Amor? No, no. Ella sabía que Disraeli no la amaba. Sabía que se casaba por su dinero. Le pidió una sola cosa: le pidió que esperara un año para darle oportunidad de estudiar bien el carácter. Y al terminar ese lapso consintió en casarse con él.

Parece muy prosaico, ¿verdad? Pero lo paradójico es que el casamiento de Disraeli resultó uno de los episodios más brillantes en los dolorosos anales del matrimonio.

Fragmento de Amar y dejar Vivir. Cómo ganar amigos. Dale Carnegie.


Dice Isaac Asimov:

Mi solitario corazón buscaba algo en esa época y no era belleza. Había tenido belleza a montones y no había funcionado. Buscaba algo más, no sabía qué, y puede que ni siquiera me hubiese dado cuenta, al menos concientemente, de que estaba buscando algo.

Tal vez lo que quería era cariño, afecto amable y sin exigencias; la belleza era algo superfluo. No importa lo que estuviera buscando, lo encontré en esa cena. Janet era afectuosa, sencilla, alegre y no disimuló que estaba encantada de estar conmigo. Para el final de la cena, me parecía guapa y desde entonces no he cambiado de opinión. Cuando entra en un recinto y veo su cara, mi corazón, todavía ahora, salta de alegría.

Fragmento de Janet. Yo, Asimov. Isaac Asimov


¡Saludos!

María José dijo...

Carlos Alberto:
Me ha dado mucha alegría encontrarme tu comentario en este blog. No solo por la sabiduria que aportas sino porque te haya motivado a dar tu opinión.
A veces, los matriminios por interés, aquellos que no lo son por amor, son los más duraderos. La finalidad está establecida y aunque la convivencia es difícil no hay lugar para el desamor y la desilusión que provocan tanta tristeza en quien la padece.
Sí, ha de predominar la razón. La belleza ha de ser algo que acompañe, como parte de la dote.
Gracias y un saludo.

Anónimo dijo...

Creo que el amor no responde a ningún tipo de razonamiento, se da, solo eso. Una o mil veces quizá cada vez que te enamoras. Desde mi punto de vista veo normal que el amor a lo largo de los años pase por muchas fases y parte de él se convierta en cariño e incluso desaparezca. Cada pareja y cada persona es un mundo pero en esencia es igual todos sufrimos cambios, aprendemos. Lo importante es aceptarse y aceptar a la persona que tenemos a nuestro lado tal y como es. Me explico....En el momento que nos cautiva esa persona.....Nos gusta por muchos motivos, nos hace reír, su personalidad (solo puedo hablar basándome en mi experiencia), es totalmente distinto a mi, como mi complemento.....Bueno, cada cual tiene sus razones. Yo reconozco que he cambiado y mucho...Pero, en el fondo soy la misma. Pueden cambiar las circunstancias y estar más o menos sensible, triste, cansada o al contrario. Todo es un proceso de adaptación y el amor necesita el suyo también.
Supongo que es plantearse lo que te aporta de positivo o por lo contrario ha dejado de aportarte. No creas, me lo he planteado muchas veces y la razón no creo que tenga nada que ver....Quizá la suerte?, me inclino más por ella.
En muchas ocasiones puede que los demás nos sorprendan pero (creo), que por mucho que analicemos y nos conozcamos nosotros mismos.....Hay veces que también nos sorprendemos a nosotros mismos.
No tengo la receta y ni creo que exista....
Niña, estas hecha una artista me ha encantado leerte. Te sigo ehhhh.
Besabrazos muy fuertes

Carlos Alberto dijo...

María José:

Continúa Dale Carnegie:

La rica viuda elegida por Disraeli no era joven ni hermosa ni inteligente. Lejos de ello. Su conversación estaba sembrada de hilarantes errores y disparates literarios e históricos. Por ejemplo: «nunca sabía quienes vivieron primero, los griegos o los romanos». Su gusto para vestir era extravagante; y fantástico su gusto para arreglar la casa. Pero era un genio, positivamente un genio, en lo más importante del matrimonio: el arte de tratar con los hombres.

Extracto de Amar y dejar vivir, de Dale Carnegie.

(Continuará.)

¡Saludos!

Mª Antonia dijo...

Querida Mª José:
Aquí estoy, de nuevo en tu laberinto.
Haces un profundo e interesante análisis sobre el enamoramiento, pero creo que no es fácil de seguir sus consejos. Creo que primero se dispara el corazón y después actúa la razón... pero es tarde porque a esas horas, nos hemos enamorado. Tiempo después (con la convivencia, el día a día, las circunstancias, etc.) descubriremos lo que se ocultaba hasta entonces y sólo entonces, sabremos realmente si fue, es o será el amor de nuestra vida.
(Al final no sé si me he explicado bien...)
Gracias por tu paseo hasta Literatura en Priego.

Un abrazo.

María José dijo...

Eva:
Vaya sorpresa !!! qué alegria encontarte, has vuelto pisando fuerte.
Y vaya pedazo de comentario !! Me gusta que cada uno de su opinión, eso es positivo, es un enriquecimiento. Podrían contratarnos para esos debates de Tele 5, ja ja ja .
Enhorabuena por, como tú dices, haber tenido suerte.
El amor se da, es cierto, se trata de razonarlo posteriormente, saber que esperamos de la otra persona, que esta sepa aportarnoslo y viceversa. Esa si es la receta para no defraudar ni sentirnos defraudados.

Besabrazos para vosotros.

María José dijo...

Carlos Alberto:
Hay amores que son una obsesión para quien lo siente. Como el que sintió Ricardo durante toda su vida por una mujer manipuladora, "una chica mala" y mentirosa, pero llena de belleza, que lo tuvo rendido a sus pies hasta el fin de su vida. Un amor que estaba hecho a su medida.
Es el amor que nos describe Mario Vargas Llosa en su libro "Travesuras de la niña mala"

Un saludo.

María José dijo...

Mª Antonia:
No exiten consejos, incluso El Libro del Buen Amor no nos refleja la dicha del mismo.
Dicen que el "amor es ciego", quedamos cegados por ese disparo que nos produce y cuando queremos razonarlo nos damos cuenta de que no es ese el amor que nos interesa tener.
Cuando nos enamoramos, somos inconscientes, tienes razón, por eso no nos podemos precipitar, hemos de razonar.

Gracias por dar tu opinión.

Un saludo.

Caro Clack dijo...

Saludos! Leía el blog de manu y encontré tu cmentario y en lace a esta entrada. El amor, me alegra tanto encontrar personas que escriban sobre el amor, no sentirme tan sola dentro de esta hecatombe de sentimientos que me rodea, hasta mis amigos másprofundos no entienden las preguntas que me hago, pero te leo, leo a manu y leo a otros y descubro que no estoy sola. El amor es así "una flecha lanzada al corazón por Eros" nadie tiene la culpa, ni él ni ella, ni el amado ni el que ama, pero como duele si esa flecha es lanzada sólo al corazón de uno de ellos.
Saludos.

María José dijo...

Stranger:
El amor duele.
Lo más duro de todo es el desamor.
En el amor, como en todo, se acierta o no.

Un saludo y gracias por tu visita.

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